Daniel Guajardo Cárdenas
Lic. en Trabajo Social
Diplomado en Cooperativas
ONG El Otro Capital
El pasado lunes 18 de diciembre se firmó oficialmente la creación del Instituto Nacional de Asociatividad y Cooperativas (INAC), un clamado anhelo por parte del movimiento cooperativista y la economía social, el cual tiene por propósito el posicionamiento del cooperativismo en las instituciones públicas y en el sector privado, además de generar articulaciones a nivel regional para que la políticas generadas desde este organismo puedan llegar efectivamente a los territorios, fortaleciendo el rol de fomento y promoción del modelo. El INAC fue resultado del trabajo colaborativo en las mesas del Consejo Consultivo Público-Privado de Desarrollo Cooperativo y Economía Social en Chile, en el cual participaron representantes de las cooperativas, organismos internacionales, Ministerios y servicios públicos, además de la participación de parte del mundo académico.
Para profundizar sobre esta importante iniciativa, analizaremos algunos de los aspectos relevantes del INAC, a partir de la información entregada en dicha instancia, y complementando con lo expuesto en el encuentro realizado el 12 de diciembre, convocado por la Asociación Nacional de Cooperativas de Chile y la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. En particular, expusieron sobre este tema el vicepresidente ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente, y el Jefe de la División de Asociatividad y Economía Social, Cristóbal Navarro.
El Instituto Nacional de Asociatividad y Cooperativas se creará bajo la figura de un Comité CORFO, lo cual es sumamente relevante como política pública, porque solo dos comités se han creado en esta administración del Gobierno, que son el del Hidrógeno Verde y el del Litio. Los comités son instituciones que buscan coordinar los esfuerzos del sector público de interés común y que están disgregados en distintas instancias del estado. El cooperativismo abarca diversos sectores de la economía, entonces cuesta coordinar los esfuerzos públicos, por eso, se incluye al sector privado en una forma organizada (confederaciones y asociaciones nacionales) para poner elementos en la discusión. CORFO tiene el apoyo a instituciones no bancarias, inversiones, y otros elementos propios, por lo cual desde ahí se coordinarán los esfuerzos. El Sistema de Empresas Públicas SEP también es un comité CORFO, de este modo posicionan al cooperativismo en el centro de la actividad económica nacional.
Con respecto a los objetivos del INAC, se identifican tres funciones fundamentales:
1.- Articulación y coordinación de actividades.
2.- Apoyo técnico profesionalizado, especialmente dedicado a temas cooperativos.
3.- Trabajar con las organizaciones de 2do y 3er grado del mundo cooperativo, es decir, las Federaciones, Confederaciones e Institutos Auxiliares Cooperativos.
Desde lo operativo y en relación a su funcionamiento, el Instituto tendrá su propio directorio, cuenta con presupuesto (por ley) y reglamento. El Consejo Directivo está compuesto de 8 miembros, 4 del sector público (Daes, Corfo, Sercotec, Fomento Indap) y 4 del privado (cooperativas) propuestos por las 2 confederaciones del país con más de 5 años de existencia, es decir, la Asociación Nacional de Cooperativas de Chile y la Confederación General de Cooperativas de Chile, Confecoop, y seleccionadas por el vicepresidente de Corfo y el Ministro de Economía. Contará con un Director Ejecutivo, quien asume la representación legal y la firma de convenios, quien será designado por el Ministro de Economía y el vicepresidente Corfo, y ratificado por el Consejo. Además, tendrá un equipo técnico con 10 profesionales de apoyo, buscando generar sostenibilidad como política pública y capacidad técnica de respuesta a las necesidades del modelo.
Existirán dos niveles de apoyo a partir de la creación del Instituto, en cuanto a la promoción de lo productivo de las cooperativas pero relevando la importancia de lo territorial. En primer nivel, se vinculará a los Comités de Desarrollo Productivo de CORFO, que buscan promover el desarrollo económico y productivo regional y el fomento de la MIPYME con el fin de que éste sea más dinámico, inclusivo y sustentable a través de una institucionalidad integrada a nivel regional y articulada a nivel nacional. Son instrumentos con enfoque asociativo para la producción, por lo que estarán focalizados en términos productivos, son diseñados desde el territorio y el próximo año se formarán en todas las regiones. También, habrá programas de apoyo a la inversión nacional, como en activos y bienes comunes para las cooperativas, relacionados con el Programa de Desarrollo Sostenible.
En segundo nivel, sobre la vinculación del Instituto Nacional con las cooperativas en el territorio, podemos concluir que será a través de la generación de Mesas Regionales, que aporten en la articulación del movimiento y su representación frente a la institucionalidad, trabajando mancomunadamente con los Gobiernos Regionales, al ser la máxima instancia de representación democrática de cada región. Podemos observar una muestra de esto en las regiones de Coquimbo, Valparaíso y Los Lagos, por ejemplo, donde los GORE ya han incluído a la asociatividad y las cooperativas en sus políticas de desarrollo económico local, con la creación de mesas de gobernanza colaborativa en el área como hito inicial estratégico. En esa dimensión, la creación de federaciones y confederaciones regionales son el camino para fortalecer esa representatividad, generando mayor cohesión entre cooperativas del mismo rubro y en el sector en general, con miras a incidir en las políticas públicas del sector. En cuanto a los requisitos para constituir este tipo de cooperativas, la ley señala que “las federaciones de cooperativas están constituidas por tres o más cooperativas, las confederaciones por tres o más federaciones y los institutos auxiliares por siete o más personas jurídicas de derecho público, cooperativas u otras personas jurídicas de derecho privado que no persiguen fines de lucro” (Art. 101 LGC). Es preciso tener presente que, para todos los efectos legales, federaciones, confederaciones e institutos auxiliares serán considerados cooperativas, asumiendo su forma de funcionamiento y sus principios.
Por otro lado, la figura de los Institutos Auxiliares Cooperativos es la instancia ideal para aportar a la institucionalidad propia en cada región en el desarrollo de procesos de capacitación, educación y asistencia técnica pertinentes. La Ley General de Cooperativas los define en su artículo 104 como “aquellos destinados a proporcionar servicios de asesoría, técnicos, educacionales, económicos, operacionales, de auditoría y administrativos preferentemente a las cooperativas, federaciones, confederaciones, grupos precooperativos y a otros institutos auxiliares, pudiendo asimismo participar en la organización de industrias y servicio de cualquier naturaleza, en beneficio de las cooperativas y de los socios de éstas. Los excedentes de cada ejercicio se destinarán a incrementar un fondo de reserva legal, irrepartible durante la vigencia de la institución”.
Desde esta perspectiva, Institutos Auxiliares Cooperativos bien articulados desde el movimiento cooperativo en las regiones, vendrían a dar respuesta a una de las principales dificultades para el modelo, que ha sido la educación y la capacitación, tanto de grupos pre cooperativos (definiciones estatutarias, construcción del capital, formalización) como en el desarrollo de la cooperativa (regímenes tributarios, control contable, plan de negocios, gestión administrativa y social).
Los siguientes pasos para la implementación del Instituto Nacional, el Jefe de la Daes nos señala: “después de la firma realizada el 18 de diciembre, tiene que ir a la Contraloría el documento con la propuesta del Instituto para la toma de razón, lo cual tomará uno o dos meses más. Entonces, lo que deberíamos estar viendo que tipo marzo o abril del próximo año ya deberíamos poder estar inaugurando, ojalá, si todo sale bien, digamos a mediados del próximo año, el edificio, con la gente contratada, ya debe haber sesionado un par de veces el directorio, con el equipo técnico contratado con las diez personas adicionales que van a estar trabajando en todo esto, así que el próximo año esto será una realidad que lo podrán visitar y podremos profundizar toda la política pro cooperativa que estamos llevando adelante”.
En conclusión, podemos afirmar que estamos viviendo un buen momento para las cooperativas y la economía social, al generar una nueva institucionalidad que respalda el desarrollo del modelo, fomentando su crecimiento en los territorios y articulando los anhelos de tener un tercer sector de la economía fuerte y organizado.